Uno de los amigos más jóvenes que tengo en Vetera, de esos que todavía no tienen hijas en edad para querer presentarme -siempre he sido el novio ideal para las madres-, lleva por nombre desde que lo conozco Caín. Rayos, con esta capacidad para esgrimir como un Scaramouge la quijada de asno contra todo lo políticamente correcto, contra lo que no es ni frío ni caliente, sino simplemente tibio (“y como tibio que eres estoy por vomitarte de mi boca”, Apocalipsis, 3, 16), no podía venirle otro nombre tan bien como el del hijo más honrado e interesante de ese matrimonio de conveniencia entre dos pequeños burgueses que jamás habían dado un palo al agua hasta que su padre se hartó de verles haraganear y les echó a buscarse la vida con una hipoteca en forma de manzana.
Esto, que podría dar pie a interesantes conversaciones sobre folklore religioso, sobre el tiempo cíclico de los mitos frente al tiempo lineal de la realidad, pasa a aburrirme sobremanera cuando se disfraza con atavíos científico sde manos de Brian Weiss, y cuando se aposienta la charla en las consabidas regresiones, se me hincha preocupantemente una vena en la sien. Nietzsche, como epílogo de su El Anticristo, promulgó siete artículos de una “Ley contra el cristianismo”, en cuyo artículo segundo se declara
ARTÍCULO SEGUNDO: Toda participación en un servicio divino es un atentado contra la moralidad pública. Se será más duro contra los protestantes que contra los católicos, más duro contra los protestantes liberales que contra los protestantes ortodoxos. Lo que hay de criminal en el ser cristiano crece en la medida en que uno se aproxima a la ciencia. El criminal de los criminales es, por consiguiente, el filósofo.
Dios, ¡qué diría el pobre filólogo que nunca pudo ser filósofo si descubre que un científico anda de gurú por la vida, cambiando la bata blanca y las camisas de cuello duro por vaporosas túnicas y collares de cuentas como un chamán altaico o un pocholo ibicenco! Por cierto, ¿habéis oído al doctor Weiss? ¡Parece Troy Macloure! Un híbrido entre charlatán dispensador de tónicos curalotodo y vendedor de coches de segunda mano…
Pero, ¡vaya si ha vendido bien esa moto que no anda de las regresiones! Porque no creo que no haya nadie que, como mínimo, no haya oído hablar del tema, cuando no practicado. Conocí unas chicas tan obsesionadas con el tema que dejaron de hablarme porque en otra vida les hice no sé qué cosa terrible y no se fiaban de mí en esta. Cuando lo escuchaba, no sabía si reírme, llorar o si pedir ayuda urgente a un servicio de loqueros 24 horas.
La cuestión está en que casi todos hemos sido en vidas pasadas Cleopatra, Alejandro, Napoleón, maretrices sagradas en el templo de Ishtar, gladiadores célebres en las arenas del Circo Máximo cuando reinaba el divino Tiberio o esclavos poderosos de algún noble depravado o un templo ignoto… Creo que debería hacernos sospechar cuando nadie ha conducido la carruca por los duros suelos de Normandía, ni se dejó la espalda segando con la hoz los fundi de un patricio con otros cientos esclavos más del rebaño rural; o las manos son callos de hilar en la rueca y haber enterrado a más hijos de los que le han sobrevivido, ni siquiera massai por la sabana de Kenya… Todos son vikingos, pero ninguno galeote y, si alguno lo fue, se debió a tan tremebundas causas que serían argumento para una secuela espectacular de Ben-Hur; quien más quien menos, ha sido princesa o dama de compañía de un castillo que jamás recuerda ni incómodo ni maloliente ni frío ni húmedo, solazada por los cantos de trobadores que, oh curioso, sólo a ella miraban platónicamente, sin andar buscando bajo las enaguas y los refajos la recompensa a tanto acorde… y ellos cabalgaron en las huestes de Gengis Khan, asolaron con Atila la llanura Panonia o se enfrentaron acorazados en Hastings, pero ninguno blandió el martillo que forjó los cientos de miles de espadas que han quebrado a lo largo de tantas violentas reencarnaciones… Normalmente, funcionan como un mecanismo de compensación, y el que no llega a fin de mes, o le tiene asfixiado la hipoteca fue otrora un rico mercader florentino emparentado con los Médicis, cuando no el propio Lorenzo el Magnífico; el que morirá soltero -y virgen- resultó ser Casanova, y la que dejó de estudiar en segundo de carrera se descubre como Madame Curie.
¡Rayos! con el debido atrezzo (velas, incienso, alcohol, promesa de sexo) hasta yo he sido un general de la Wehrmacht enfrentado al Führer, suicidado en las llanuras polacas, o el efebo de un duque aquitano o el violín de Paganini, si se tercia… será por alcohol… Pero en realidad, como Jacques Brel, soy tan arrogante que sé que, si me reencarnase, sería en mí mismo!
A mi la reencarnación me parece una idea excelente, salvo por un simple término matemático. Si hace 2000 años había 50 millones de seres humanos (es un suponer, porque no sé cuantos eran) y ahora somos más de 6000 millones de humanos… ¿De dónde han salido tantas almas? ¿Es que cuando un hombre muere su alma se multiplica por dos? Pero bueno, si un día hago una regresión de esas, seguramente sea esclavo en Egipto, esclavo en Roma, campesino muerto de hambre en la Edad Media, sans-culotte en la Francia Revolucionaria y obrero durante la Revolución Industrial. Porque sería decepcionante haber sido Farón, Emperador, Rey, Mariscal de Napoleón o Magnate Empresarial y acabar convirtiendome en número más de los tres millones y medio de parados que hay. Es como si estuviese desperdiciando el alma de grandes hombres.
EDMOND,
JUAZ! Es la mejor reflexión sobre el tema que he leído nunca! Un desperdicio de alma! XDDDD Creo que mataré un cordero para celebrar la feliz reflexión!
Saludos!
Si se puede escoger, yo me apunto a “esclavo poderoso de algún noble depravado”. Seguro que se pegaban la vida padre, en casa del patricio y a verlas venir… Y, ¡sin responsabilidades! Más que las puramente domésticas. Menudo chollo.
La putada en estos casos es que te manumitan, como le hizo Nerón a Epicteto, quien después se tuvo que ganarse les garrofes montando una escuela.
Bautista! Dos oportos, por favor.
FERRAN,
Jajajajaj! Cierto, si se puede elegir, mejor estar muy cerca del que reparte las cartas, pero sin poder visible…
Marchando esos oportos!
Saludos!
Quins records la canó de BAron Rojo! Estava escrita a la pared d’un bar que portava el mateix nom i la psoaven sempre abants de tancar!
I si, crec que la mateixa demografia nega totalment qualsevol lògica racional darrere la reencarnació. Tot i aixó, les idees religioses sobre la mort en el passat son fascinants, jo ara mateix torno a estar excavant morts prehistòrics com a peix al aigua!
Lo que más me ha gustado, el final.
Aplauso, jajaja.
Un beso
A eso jugaba de pequeña, no a las reencarnaciones que siempre me parecieron un cuento chino, ni mucho menos a esas “regresiones”, sino, guiada por lo que leía, a imaginar cómo sería mi vida de haber nacido x años atrás.
Hasta que caí en la cuenta que, ya fuera como campesina medieval, plebeya romana o agreste bárbara, lo más probable es que no supiera leer. Y una vida sin leer no me parecía digna de vivirse. Hoy lo he recordado al leer el post.
Un beso,
Alicia
ARQUEOLEG,
Tornes a excavar? Felicitats!!!! És una excel·lent notícia! Estic d’acord amb tu, les idees sobre la mort al passat són molt interessants, i ens diuen molt de la seva visió del món i de les relacions amb el seu entorn físic i espiritual…
Molt gran, Barón Rojo!
Salutacions!
MARIE,
Jejeje, de vez en cuando saco a pasear la inmodestia XD
Besos!
ALICIA,
Me apasiona la historia y siempre hay alguien que te pregunta “¿En qué época te habría gustado vivir?”. La respuesta es fácil: en la mía; en cualquier otra, la probabilidad de estar en lo más bajo de la pirámide social y, como bien señalas, por lo tanto cultural, era más que elevada. Por no hablar de otras cosas aún menos agradables, jejeje.
Besos!
[…] mi suerte, más allá del tema de las reencarnaciones, X manifiesta un saludable escepticismo hacia la versión new age de muchas cosas, entre ellas los […]