Salía ayer por la mañana -tan calurosa a las ocho y media que decidí desanudarme la corbata- por el portal en mi estado catatónico de siempre cuando me encontré con el primero de estos carteles pegado en el lindar de mi edificio.
y los siguientes en los lindares vecinos, de modo que besos iban acompasando mis pasos. Me ha desperezado de golpe lo inesperado de encontrarme en la conservadora y aldeana Vetera coletazos de la campaña contra la discrimación sexual que la Conselleria d’Acció Social i Ciutadana de la Generalitat emprendió con motivo del Día del Orgullo Gay (28 de junio); por un momento -ensoñaciones antes del segundo café- pensé en que ya no estaba en la Cataluña rural, sino en la cosmpolita y tolerante. Pau, un amigo andrógino bastante más femenino que muchas chicas que conozco pero que en Vetera mide tanto pasos, palabras y gestos que pasaría por leñador, dice que los armarios de la villa son como Alcatraz, no ha salido nadie.
No podía durar mucho la anomalía. Esta mañana estaban todos los carteles arrancados y susituidos por la imagen fotocopiada en papel rosa de un Cristo sacado de una estampa horrorosa
Os aseguro que la impresión ha sido fuerte y me he despejado de golpe. Sinceramente, prefiero ver imágenes de besos que de un Dios torturado.
Como yo no me entero de las fiestas locales, el repique de campanas de ayer debió ser la respuesta de las fuerzas vivas al grito de Vía fora! que algún indignado ciudadano desempolvó, porque el somatén salió y no dejó cartel vivo. Toda Vetera está plagada de las horribles fotocopias, en rosa, naranja…
Hoy no me apetece empantanarme en el debate de si el cristianismo es necesariamente homófobo o si, por el contrario, no es más que una herencia cultural judía. Me gustaría poder hacer mía la reflexión de un monje octogenario que nos rechazaba como absurdo que un Dios de amor impida a sus criaturas la posibilidad de amar, que cree seres humanos con mayores restricciones morales que otros sin más razón que su condición natural.
Es habitual que los más vociferantes contra los integrismos ajenos militen furiosamente en somatenes cristianos. De hecho, la palabra ‘integrista’ no se refiere en origen al Islam, sino que fue acuñada por el catolicismo más recalcitrante del siglo XIX para autoafirmarse políticamente desde el tradicionalismo contra las opciones conservadoras del anatemizado régimen parlamentario. Se definían como ‘católicos íntegros’ frente a los ‘mestizos’ y, ante lo que consideran una ofensiva laicista, su intención era integrar nuevamente la religión en la política. Aunque os suene a dejà vu, esto son los debates de Ramón de Nocedal y su Partido Católico Nacional desde 1888, no os estoy copiando la hoja diocesana de esta semana del arzobispado de Madrid, palabra de ex monaguillo.
Sinceramente, me da bastante pena que la vida de ciertas personas sea tan trista y amargada que no soporten la visión de un beso y quieran que el resto vivamos es misma no vida, que el resto vivamos su muerte. Los que se llenan la boca sobre ‘cultura de la muerte’ son los más empeñados en negar la vida con todas sus facetas. En desagravio por la vida, intentaré hoy besar a quien se deje (espero que sea X), y os invito a lo mismo.
Yo pensaba que protestarían los partidarios de la poliandria o la poligamia o, incluso, los de la “poliandrigamia”. Entre otras cosas, porque los carteles son bastante tontitos. Por lo que leí de las últimas manifestaciones del dia del orgullo gay, y una vez conseguidas la mayoría de equiparaciones legales, los problemas parece que ahora se centran en dos puntos: en la enseñanza y en la aceptación social. No creo que estos carteles tengan demasiada influencia en ninguno de los dos ámbitos.
Es lo de siempre, pueden pensar de otro modo, allá cada quién y cada cuál, pero se empeñan en que el resto vivamos según uno criterio religioso basado en tradiciones que superan los 3.000 años. De tan absurda como es esa pretensión ni merece la pena tomársela en serio.
Pues por ahí, en Vetera, vais mejor que por aquí, por que carteles de esos, en la vida los vi. A mi no me importaría verlos, yo respeto a todo el mundo mientras me respeten a mi (y hasta soy comprensivo, e incluso me siento elogiado, con el gay que me toca el culo, siempre el mismo, y le digo que no me va lo suyo; otros pegan una paliza por menos de eso). Por aquí vamos muy atrasados, la próxima guerra de carteles será una diciendo que, con esto de la Financiación Autonómica, los catalanes no solo nos robáis los dineros, sino que (si se enteren de la campaña del principio) sois gays. Firmará Democracia Nacional o la Falange, o algún partido de extrema derecha de esos que pululan por ahí. Pero os adelanto que no se lo creerá nadie de aquí. O eso espero.
El cristianismo ES NECESARIAMENTE HOMÒFOBO, ya que fué la adopción de esta religión en los últimos coletazos del imeprio Romano el punto de inflexión del libertinaje sexual en el polteismo a la homofóbia militante cristiana.
me alegro de vivir en un pais con un gobierno que hace carteles como estos! Aunque no convenzan a nadie, alegran la vista!
No se trata de convencer se trata de VISIBILIZAR. Y no es lo mismo una gran ciudad que un pueblo: no hay la misma proporción de armarios.
Para empezar, con los datos del INE del 2008 a mano, en determinadas provincias un gay o lesbiana tiene hasta 13 probabilidades más de casarse que en otras… (lo calculé estableciendo el porcentaje de bodas del mismo sexo sobre el total de bodas de cada provincia y podéis ver los resultados en este post -en catalán-: http://mesvellquelanarapeu.wordpress.com/2009/06/05/porcentatges-de-bodes-del-mateix-sexe-sobre-el-total-dades-ine-2008/)
¿alguien se imagina que en determinadas provincias la tasa de empleo femenino fuera 13 veces menor que en otras? Creo que cualquier ciudadano demócrata no puede asumir como “normal” e “inevitable” que mientras en determinadas provincias el 3,76% de las bodas son bodas del mismo sexo en otras sólo el 0,28% de las bodas sean del mismo sexo.
Ah, estimado Theo, el famoso debate entre el discurrir de los tiempos y el aferrarse al asfixiante axioma de “aquí no se mueve ni dios” (la elección de las palabras no es gratuita). Como ateo practicante, considero que la religión es una de las peores lacras de esta sucia sociedad; y es que, más allá de su recalcitrante rechazo por todo aquello que huela a “libertades individuales”, ha conseguido darle la vuelta a la tortilla y, con dos huevos, vender la idea de que en su nombre se han hecho/hacen grandes obras sociales. Si me dieran un tigretón por cada vez que he escuchado la frase “el Gobierno no tendría dinero para sustituír a la Iglesia en su ayuda a los más necesitados”, seguramente tendría el colesterol como la deuda pública de Italia (por las nubes)…
No se trata de si los carteles tienen una factura horrible (que la tienen, las cosas como son), o de si hay gente lo suficientemente tarada y aburrida como para dedicar a sustituir los mismos con una fotografía de una operación a corazón abierto: el único problema es que hay gente que no soporta que el resto intente ser feliz, mientras ellos vagan por este camino de espinas. Pues nada, a comprarles un cilicio…
Yo es que, más que de integristas, soy de integrales (y a poder ser, de pan).
Afectadísimos y bertrandrussellianos saludos.
“Guerra de carteles” a ver con qué te encuentras la siguiente vez que salgas de casa…Al menos así se te hace ameno el camino, exceptuando en el caso del Cristo, qué que miedo oye, yo no saldría de noche…a ver si el cartel va a ser tipo cuadro de los chinos y se ilumina con la oscuridad…Y es que al final, todo es cortar ( y cortar)la libertad de expresión de los otros y, por desgracia, en el entorno rural se da mucho. Eso sí, ahora yo estoy trabajando en un entorno rural y oye, como si fuera aquello “Madrid la chica”…
Saludos.
mentre haguem de veure cartells d’aquestes pels carrers, o discoteques per un determinat ambient, o qualsevol mena de discriminació (per positiva que sigui) significarà que encara anem amb el xip homòfob.
Que cadascú besi o es folli a qui vulgui, i a qui no li agradi… dos tasses.
Desde luego Theo, ¡¡una cosa es libertad y otra libertinaje!!. Debe haber un grupo de defensores de la moral con posters siempre a mano, increible…
¡Hola! Cuánto tiempo ¿verdad? Estaba revisando los comentarios de mi blog y vi tu referencia a La dama de Blanco en el comentario sobre El cuento número trece. Ya lo he leído y creo que es una de las grandes obras de la literatura inglesa y quizá, la más emblemática. No puedo dejar de pensar en la admiración que me causan Marion Halcombe y Fosco ¡qué grandes! Sólo comparables a otros dos o tres personajes de la literatura más, entre ellos por supuesto mi querida Irene Adler y el gran Holmes.
teo, et trobem a faltar!
On pares?!
El más integristas es aquél que niega serlo.
Los carteles de la Generalitat arrancados y susbstituidos por los de Cristo.
¿Tanto cuesta ponerlo al lado y cada cual escoja? No, Diós y sus pacíficos seguidores ya piensan por nosotros.
Dogma y Amén. 😦
De verano sabático?
Menudas vacaciones!
Saludos
De regreso.
Un beso!
Luna
De entre los dos tipos de cartelitos, los dos querían moralizar, pero sólo uno de ellos te salió gratis. Con calurosos posts como el tuyo la Conselleria justifica su presupuesto propagandístico.
Y por supuesto que el cristianismo es necesariamente antigay, como el gay es necesariamente anticristiano.